Como ya sabéis, una vez al mes dedicamos un post a la sección de bodas, en el que iremos desgranando distintas partes del evento y ofreciendo consejos a partir de mi propia experiencia personal. Hoy es el turno del vestido, una de las claves de la novia y el secreto mejor guardado antes del día de la boda. Antes de tomar cualquier decisión hay que establecer un presupuesto para vestido, zapatos, ropa interior y complementos, en el que caso de los que vayamos a usar como velo, flores o engarces para el pelo, etc. Con esto en mente podremos comenzar a buscar nuestra opción.
Podemos elegir un vestido de una colección de novias de un diseñador, atelier o marca especializada, o podemos, por otro lado, elegir que nos hagan un vestido a medida, adaptado a lo que estamos buscando. Cualquiera de las dos opciones es válida, lo que sí que es importante es que busquemos algo con lo que no nos sintamos disfrazados y que nos favorezca. No todos los vestidos son perfectos para todas las novias, pero siempre habrá alguna opción que se pueda adaptar a nuestro estilo.
¿Mi experiencia personal? Tenía muy claro lo que quería y cómo lo quería, así que he optado porque me lo hagan. ¿El diseñador? Por ahora no os lo voy a desvelar, lo que sí os puedo decir es que es muy bohemio y romántico, y que encaja totalmente con mi estilo. En unos meses os desvelaré la incógnita…
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